"Dame Tu Paz Señor. Esa paz que escapa a toda comprensión de la
mente humana. Aunque bramen las aguas, aunque el rayo aterrador hiera los
espacios incendiándolos; aunque los montes se conmuevan y salten sobre tus
bases, sepa yo conservar mi serenidad, sabiendo que Tú estás conmigo y que en
¡donde Tú estás nada malo puede sucederme! Me cobijo bajo tus alas, sé que ahí
siempre estaré seguro”.
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