martes, 2 de agosto de 2016

“Los niños y los Ángeles de la Guarda”


Ángel de la Guarda, dulce compañía......

“Los niños y los Ángeles de la Guarda”

Los ángeles están muy cerca de los niños y pueden servirles como consejeros espirituales. La misión de los padres es explicarles que se trata de seres que los guiarán por el resto de la vida.
A menudo, los adultos escuchan a los niños pequeños decir que tienen un amigo imaginario o hablan solos, mientras a los bebés los ven sonreír sin motivo aparente o mirar al vacío. Probablemente este comportamiento provenga del hecho de que están teniendo contacto con sus ángeles protectores.
Estos son seres de luz creados por Dios que acompañan a todos los seres humanos desde el nacimiento como mensajeros leales e incondicionales, pero que son olvidados con frecuencia y muy pronto por el paso del tiempo y tras haber superado la infancia.
“Cuando un niño nace su alma es pura y libre de las influencias externas que normalmente hacen parte de la vida del adulto. Por eso, tienen los canales de comunicación totalmente abiertos. Todos nacemos así, pero a medida que crecemos perdemos contacto con nuestros guías”.

Perder ese contacto no significa que dejen de estar presentes, pero lo más seguro es que no sea tan fácil identificar los mensajes que tienen para nosotros. En el caso de los niños, que pueden percibirlos con facilidad hasta los 7 años, su ayuda es vital en la medida en que orientan los pasos de quienes apenas comienzan a conocer el mundo.

“Los ángeles son energía de amor, cuya misión es hacer sentir al niño bienvenido en este mundo. Ellos les hacen saber que los están guiando y cuidando. No les hablan, sino que les trasmiten energía y el pequeño capta el mensaje”.
Su presencia en la vida de los infantes se hace más notoria porque les gusta estar en lugares donde hay tranquilidad, energía limpia, paz y armonía, características que comúnmente se encuentran en aquellos ambientes donde habitan menores.

Guardianes 

Desde que el bebé llega al mundo y se desprende del cordón umbilical de su madre, Dios le asigna un ángel personal más conocido como el de la guarda. Tenemos mínimo dos y, por lo general, se encomiendan a una determinada persona por la fecha en la cual nace.
El ángel de la guarda se encarga de orientar, guiar y proteger durante toda la vida, aunque siempre respeta el libre albedrío.

Sin embargo, hay otros ángeles que también acompañan a los niños de acuerdo con el papel que cumplan en una circunstancia específica.
“Según la jerarquía angelical escrita por Dionisio (personaje de la mitología griega) se clasifican en serafines, querubines, poderes, tronos, dominios, principados, ángeles y arcángeles. Los dos últimos son los más cercanos a nosotros. Los arcángeles son jefes de los ángeles, dado que tienen un ejército que trabaja para ellos, y cada uno asume más de una misión, aunque la principal es manifestarse ante un problema o necesidad”.

Gabriel, el mismo que se le apareció a la virgen María para anunciarle el nacimiento de Jesús, es el guía de la maternidad. Por eso, pueden invocarlo las parejas que deseen tener un bebé, los padres que quieran desempeñarse mejor en su labor y las mujeres embarazadas que busquen protección.

Otro arcángel es Metatron, un ser poderoso al cual le encantan los niños y por eso su trabajo se concentra en ayudar a aquellos catalogados como ‘problema’ por ser rebeldes, complicados y tener déficit de atención. El guía se encarga de encarrilar las energías de los pequeños con este perfil.

Rafael es el arcángel sanador por excelencia. Por eso, quienes tengan una dificultad emocional o de salud siempre pueden solicitar su ayuda. También puede hacerlo un padre que quiera pedir por la recuperación de su hijo enfermo. Además de los guías ya mencionados, cada uno cuenta con la protección de los ángeles del planeta, los cuales rigen los signos zodiacales.

Comunicaciones sutiles.

Los niños pueden percibir a los ángeles de diversas maneras. “A veces ven chispitas de luz blanca, círculos de color blanco o de otras tonalidades o, incluso, pueden verlos con grandes alas blancas”.
La comunicación no se hace a través de palabras sino de vibraciones y, según cuentan expertos en ángeles y quienes han establecido contacto con ellos, es más probable que se revelen ante quienes tienen un corazón limpio. Por eso, es tan sencillo para ellos manifestarse ante los niños.

En el momento en que se unen infantes y ángeles es cuando, por lo general, los bebés sonríen y los pequeños comienzan a hablar de su amigo imaginario que los visita en el juego. Ante esta situación, Rueda recomienda a los padres abstenerse de decirles que no existen, pues pueden bloquearse y perder contacto con sus guías.
También aparecen a través de sonidos, por medio de una fragancia o en los sueños. Durante el descanso nocturno, los ángeles juegan con ellos, les dan paz, los protegen o los sanan.
En los sueños cumplen un rol especial, pues, además de acompañarlos, pueden calmar la ansiedad que producen las pesadillas. Para controlar esta alteración, se aconseja a los padres acudir a los ángeles.

“Se le pide al ángel de la guarda que lo acompañe y le dé seguridad en el sueño. También se convoca al ángel del planeta; a Uriel, quien controlará sus nervios y a Rafael para pedirle tranquilidad durante la noche”.
Para evitar que los niños sueñen cosas desagradables, lo mejor es tenerlos en un ambiente armónico y pacífico en el cual imperen los colores claros, como el violeta o el azul, pues las tonalidades oscuras los pueden hacer sentir más tensos.
Además, se aconseja colocarles una luz blanca antes de dormir y una melodía para relajar el espíritu.