Ángel de la Guarda, dulce compañía......
“Los niños y los Ángeles de la Guarda”
Los
ángeles están muy cerca de los niños y pueden servirles como consejeros
espirituales. La misión de los padres es explicarles que se trata de seres que
los guiarán por el resto de la vida.
A
menudo, los adultos escuchan a los niños pequeños decir que tienen un amigo
imaginario o hablan solos, mientras a los bebés los ven sonreír sin motivo
aparente o mirar al vacío. Probablemente este comportamiento provenga del hecho
de que están teniendo contacto con sus ángeles protectores.
Estos
son seres de luz creados por Dios que acompañan a todos los seres humanos desde
el nacimiento como mensajeros leales e incondicionales, pero que son olvidados
con frecuencia y muy pronto por el paso del tiempo y tras haber superado la
infancia.
“Cuando
un niño nace su alma es pura y libre de las influencias externas que
normalmente hacen parte de la vida del adulto. Por eso, tienen los canales de
comunicación totalmente abiertos. Todos nacemos así, pero a medida que crecemos
perdemos contacto con nuestros guías”.
Perder
ese contacto no significa que dejen de estar presentes, pero lo más seguro es
que no sea tan fácil identificar los mensajes que tienen para nosotros. En el
caso de los niños, que pueden percibirlos con facilidad hasta los 7 años, su
ayuda es vital en la medida en que orientan los pasos de quienes apenas
comienzan a conocer el mundo.
“Los
ángeles son energía de amor, cuya misión es hacer sentir al niño bienvenido en
este mundo. Ellos les hacen saber que los están guiando y cuidando. No les
hablan, sino que les trasmiten energía y el pequeño capta el mensaje”.
Su
presencia en la vida de los infantes se hace más notoria porque les gusta estar
en lugares donde hay tranquilidad, energía limpia, paz y armonía,
características que comúnmente se encuentran en aquellos ambientes donde
habitan menores.
Guardianes
Desde
que el bebé llega al mundo y se desprende del cordón umbilical de su madre,
Dios le asigna un ángel personal más conocido como el de la guarda. Tenemos
mínimo dos y, por lo general, se encomiendan a una determinada persona por la
fecha en la cual nace.
El
ángel de la guarda se encarga de orientar, guiar y proteger durante toda la
vida, aunque siempre respeta el libre albedrío.
Sin
embargo, hay otros ángeles que también acompañan a los niños de acuerdo con el
papel que cumplan en una circunstancia específica.
“Según
la jerarquía angelical escrita por Dionisio (personaje de la mitología griega)
se clasifican en serafines, querubines, poderes, tronos, dominios, principados,
ángeles y arcángeles. Los dos últimos son los más cercanos a nosotros. Los
arcángeles son jefes de los ángeles, dado que tienen un ejército que trabaja
para ellos, y cada uno asume más de una misión, aunque la principal es
manifestarse ante un problema o necesidad”.
Gabriel,
el mismo que se le apareció a la virgen María para anunciarle el nacimiento de
Jesús, es el guía de la maternidad. Por eso, pueden invocarlo las parejas que
deseen tener un bebé, los padres que quieran desempeñarse mejor en su labor y
las mujeres embarazadas que busquen protección.
Otro
arcángel es Metatron, un ser poderoso al cual le encantan los niños y por eso
su trabajo se concentra en ayudar a aquellos catalogados como ‘problema’ por
ser rebeldes, complicados y tener déficit de atención. El guía se encarga de
encarrilar las energías de los pequeños con este perfil.
Rafael
es el arcángel sanador por excelencia. Por eso, quienes tengan una dificultad
emocional o de salud siempre pueden solicitar su ayuda. También puede hacerlo
un padre que quiera pedir por la recuperación de su hijo enfermo. Además de los
guías ya mencionados, cada uno cuenta con la protección de los ángeles
del planeta, los cuales rigen los signos zodiacales.
Comunicaciones sutiles.
Los
niños pueden percibir a los ángeles de diversas maneras. “A veces ven chispitas
de luz blanca, círculos de color blanco o de otras tonalidades o, incluso,
pueden verlos con grandes alas blancas”.
La
comunicación no se hace a través de palabras sino de vibraciones y, según cuentan
expertos en ángeles y quienes han establecido contacto con ellos, es más
probable que se revelen ante quienes tienen un corazón limpio. Por eso, es tan
sencillo para ellos manifestarse ante los niños.
En
el momento en que se unen infantes y ángeles es cuando, por lo general, los
bebés sonríen y los pequeños comienzan a hablar de su amigo imaginario que los
visita en el juego. Ante esta situación, Rueda recomienda a los padres
abstenerse de decirles que no existen, pues pueden bloquearse y perder contacto
con sus guías.
También
aparecen a través de sonidos, por medio de una fragancia o en los sueños.
Durante el descanso nocturno, los ángeles juegan con ellos, les dan paz, los
protegen o los sanan.
En
los sueños cumplen un rol especial, pues, además de acompañarlos, pueden calmar
la ansiedad que producen las pesadillas. Para controlar esta alteración, se
aconseja a los padres acudir a los ángeles.
“Se
le pide al ángel de la guarda que lo acompañe y le dé seguridad en el sueño.
También se convoca al ángel del planeta; a Uriel, quien controlará sus nervios
y a Rafael para pedirle tranquilidad durante la noche”.
Para
evitar que los niños sueñen cosas desagradables, lo mejor es tenerlos en un
ambiente armónico y pacífico en el cual imperen los colores claros, como el
violeta o el azul, pues las tonalidades oscuras los pueden hacer sentir más
tensos.
Además,
se aconseja colocarles una luz blanca antes de dormir y una melodía para
relajar el espíritu.