Los Arcángeles están cerca y siempre lo
han estado. Es hora de mirar el cielo, sea de día o de noche, ellos están allí,
entre las nubes o en las estrellas, sus espíritus brillan reflejando la luz
divina. Orar a Dios es una perfecta manera de conocer a los ángeles.
ARCÁNGEL ZADQUIEL
Su nombre
significa: “Fuego de Dios “o “Justicia Divina”.
Día de la semana: Sábado.
Color:
Violeta.
Rayo: Sexto.
Chakra: Segundo.
¿Quién es el Arcángel Zadquiel?
A Zadquiel casi
siempre se lo retrata con ropas moradas o violetas. Aquello representa su
asociación con la Llama Violeta y por ende simboliza la transmutación y todo lo
que es inherente a la Llama Violeta; representa su vínculo con lo ceremonial y
con el perdón, ya que el púrpura es el color de la penitencia y, en una
perspectiva religiosa, la penitencia comporta el perdón pues solo hace
penitencia quien ha sido perdonado o está buscando ser perdonado.
La cruz que
suele portar puede interpretarse de dos formas. En la primera, es la cruz de
Cristo y representa el perdón divino, ya que teológicamente es ese el
significado primordial de la crucifixión. En la segunda, representa la apertura
del hombre a la energía divina, ya que se la puede interpretar como un hombre
que, con los brazos abiertos, está recibiendo la energía de su Creador, la cual
circula en el centro de los cuatro elementos (cada una de las extremidades de
la cruz), siendo cada elemento un aspecto del espíritu humano.
Por último está
la copa y puede interpretarse de las siguientes maneras. En la primera, es el
elixir de la vida eterna y por tanto una exhortación a buscar la unión con Dios
para alcanzar dicha plenitud. En la segunda, es el cáliz de la misa, cáliz que
alude a la transubstanciación y por tanto, en una perspectiva esotérica, a la
transmutación (pues la transubstanciación es un tipo de transmutación).
Él es uno de los
siete grandes arcángeles y uno de los llamados “Ángeles de la Presencia” (los
ángeles que están en presencia de Dios), además de uno de los nueve Regentes
del Paraíso según ciertas fuentes. El nombre “Zadquiel” significa “Justicia de
Dios”. La Cábala asocia a éste arcángel con la sefirot (emanación divina
correspondiente a uno de los 10 aspectos esenciales de Dios) Jesed, sefirot que expresa la
Piedad-Compasión-Misericordia, o bien la Bondad entendida básicamente en base a
las fuerzas anteriores. De allí que se le haya dado los siguientes títulos:
Ángel de la Misericordia, Ángel del Perdón, Ángel de la Compasión, Ángel de la
Transmutación, Ángel de la Liberación, Ángel de la Memoria, Ángel del Recuerdo,
Ángel de la Magia, Ángel de la Alquimia, entre otros.
Él es el
Arcángel de la Piedad dentro de la tradición judía. Por eso, en la metafísica
esotérica se lo ha considerado el Arcángel de la Llama Violeta, asociándolo así
al perdón, la liberación y la transmutación que aquella representa. Ciertos
ocultistas ven en Zadquiel al arcángel que lleva los registros del karma, de
cuyo peso intenta librar a los humanos infundiéndoles el don de perdonar.
Primeramente y
en un contexto de sincretismo religioso propio del esoterismo, Zadquiel
aparecería como una especie de guardián del karma, debido esto a que se cree
que él custodia los archivos de las vidas pasadas de la gente y los archivos
del karma tanto de cada individuo como de cada grupo humano; pero, a la par de
esta labor de registro kármico, él intentaría disolver las cargas kármicas de
la gente a través de una influencia espiritual dirigida a la liberación del
perdón.
Para los
metafísicos, la función primordial de Zadquiel sería la de dirigir a los
Ángeles Violetas y a los Ángeles Ceremoniales; y, principalmente, ejercer una
labor de transmutación energética a través de la propagación y ministración de
la Llama Violeta.
En cuanto a sus
virtudes o cualidades, estas son: libertad, compasión, misericordia, piedad,
bondad, transmutación, transformación.
Los dones
espirituales que nos puede otorgar son estos: liberación espiritual, capacidad
de perdonar, compasión y misericordia, saneamiento de experiencias y recuerdos
dolorosos, disolución de energías negativas que se han anclado en nosotros,
transmutación y consecuente evolución espiritual, alegría, tolerancia y
eliminación del pesimismo y el sentimiento de derrota, impotencia y
desesperanza.
Es a él a quien
debemos acudir cuando no podemos encontrar esa libertad interior que día a día
nos arrebata el vacío inherente al condicionante orden del mundo, o bien cuando
somos nosotros mismos los que, guardando rencores y odios, nos oponemos al
despertar de nuestra libertad interior. Así mismo, podemos orarle si deseamos librarnos
del negativismo o acelerar nuestra evolución espiritual.
Invocación
Vela: Violeta.
En nombre de la
Divina Presencia ¡YO SOY! que hay en
nosotros, y con la fuerza magnética del Fuego Sagrado que reside en nuestros
corazones, apelamos a ti, poderoso Arcángel
Zadquiel: enciende cada célula de nuestro cerebro, de nuestros cuatro
cuerpos inferiores, de nuestras auras, chacras y conciencias con la Llama
Violeta, traspasándonos con sus
flameantes y purificadores rayos, liberándonos de todas las limitaciones y dificultades que están ocultas
y constituyen obstáculos en nuestro
camino hacia La Luz; transformad todo en pureza, libertad y perfección. Os lo
agradecemos.
Astrid López Calderón
Estudiante de Angelología
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