lunes, 23 de febrero de 2015

EL ÁNGEL DEL CRECIMIENTO ESPIRITUAL



Nos bendice con el amor a nuestro espíritu en su crecimiento y florecimiento.

EL ÁNGEL DEL CRECIMIENTO ESPIRITUAL




REINO ANGÉLICO: Ángel del Cielo de la Forma.

FUNCIÓN CELESTIAL: Proteger nuestra espiritualidad en desarrollo.

DONES PARA LA TIERRA: Puede ayudarte a permitir que tu espiritualidad brille; a reconocer la fuente de toda vida; a ver la luz en todos los que te rodean.

EL propósito primario de nuestra encamación terrestre es nuestro desarrollo como seres espirituales. Es este Ángel Guardián quien guarda nuestro crecimiento espiritual a lo largo de la vida, defendiendo siempre nuestras almas. Este ángel bendice todas las actividades que nutren el bienestar de nuestro espíritu, lo que de hecho significa cosas que son amorosas y respetuosas para con nosotros.
A través de la sensación de las propias fuerzas (firmeza, fortaleza, carácter) llega el conocimiento de la voluntad (propósito, determinación, resolución)  y esta fusión del corazón y la mente es la acción de una asombrosa energía que fluye desde la supermente que llevamos en nuestro interior a través del vórtice de la fuerza divina, controlado por un arquetipo de la ley cósmica.

Invocando al Ángel del Crecimiento Espiritual y pidiéndole que nos guíe, somos cariñosamente poderosos y sabios y servimos al verdadero Poder que es Dios en nosotros y fuera nuestro.

La verdadera fuerza es ese poder que nos permite enviar nuestro amor y nuestra sabiduría a distancias cada vez mayores y que hace que compartamos con los demás nuestra más íntima Esencia.

Este ángel nos enseña la importancia de la fe y nos anima a retener nuestra fe en la bondad de la vida, incluso cuando las cosas se hallan en movimiento y estamos llenos de incertidumbres. Nos inspira cuando buscamos ideas y está conduciéndonos constantemente a la comprensión de que somos aspectos del amor de Dios.
Su energía resulta bloqueada debido a: la falta de compromiso con un modo de vida espiritual; la creencia de que el mundo de las formas ofrece mayor placer que el mundo interior del Espíritu, lo que debilita la resolución de mantenerse firmemente en el camino.




Astrid López Calderón

Estudiante de Angelología

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